Como manda la tradición, la noche del
20 al 21 de junio, la más corta del año Stonehenge se llenó de
gente preparada para celebrar el famoso solsticio de verano. Allí
estuvimos para vivir este curioso y poco habitual evento. Esta fiesta
es muy conocida entre los ingleses, pero no tanto entre los
extranjeros, así que tomar nota y apuntar la fecha en el calendario,
porque el próximo año no os podéis quedar sin ir.
Stonehenge es un famoso monumento
megalítico que todo el mundo debería ver alguna vez si pasa por
Inglaterra. Si vas la noche del 20 lo podrás admirar mejor que
nunca, ya que esta abierto al público. Es la única vez en todo el
año en el que se puede acceder a él, tocar las rocas y adentrarse
en ese "Templo del Sol", ya que durante el resto del año
si vas a verlo será desde una valla. El 20 de junio la zona esta
abierta desde las 7 de tarde hasta bien entrada la mañana del día
siguiente, ya que las 8 de la mañana puedes seguir disfrutando de
los tambores y timbales.
Durante toda la noche puedes
encontrarte todo tipo de gente, desde turistas y jóvenes curiosos
hasta familias locales enteras con bebés celebrando la llegada del
verano. Todo el mundo tiene cabida allí mientras quieras disfrutar
del resto de la gente, la música y el amanecer. Los que por supuesto
no faltaron a la cita fueron los druidas, que compartían su historia
y cultura. Vestidos con su ropa de época y acompañados de curiosos
y distintos instrumentos musicales se encargaron de amenizar la noche
y hacer llegar su cultura al resto de la gente, hasta tal punto que
algunos años se han llegado incluso a celebrar bodas.
Es importante señalar que la gente se
divierte con respeto, ya que para muchos asistentes esta noche es una
tradición seria, podías ver a gente adorando las piedras o que
simplemente va allí a pasar la noche durmiendo hasta el momento en
el que salga el sol. Esto es comprendido por todos los asistentes y
en ningún momento se desprecia o descuida el monumento. Hay
vigilancia durante toda la celebración, se dispone de baños y la
entrada esta regulada por vigilantes que dejan pasar un cantidad
concreta de bebida o comida.
Sin duda merece la pena ir porque
conoces a mucha gente y puedes disfrutar realmente de una celebración
distinta y local. Ningún año es igual a otro, porque es todo
improvisado, la gente llega comienza a tocar y a bailar y a esperar a
que llegue el amanecer, el momento más importante de toda la
celebración ¿Se ocurre una manera mejor de celebrar la llegada del
verano?
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