¿Os imagináis una Inglaterra sin pubs y pintas? Bares cerrados, terrazas vacías. ¿Y sin teatros? Una ciudad como Londres con tantos eventos artísticos se quedó muda. Pues esto y muchas cosas más fueron las que pasaron desde que Carlos I subió al trono. ¡Allá vamos a descubrir la historia!
Con la muerte de Jaime VI de Escocia y I de Inglaterra llega al trono su hijo Carlos I, quien reúne dinero supuestamente para financiar guerras y después adivinar en qué lo gasta.
El pueblo esta cansado de las actuaciones de su Rey y finalmente el parlamento decide destronarle, con lo que Carlos I se va a Irlanda y Escocia. Allí forma un ejército de irlandeses católicos y escoceses presbiterianos prometiéndoles a cambio permitir esas religiones en ambos países. Carlos I pierde la guerra y más tarde la vida, ya que tras esto le hacen preso y es ejecutado. A día de hoy aún se encuentra la marca de esta ejecución en algún rincón de Londres, ¿Queréis saber dónde?
http://www.zoneoneradio.com/2013/09/lanuevaarmada-tras-conocer-el-final-de.html
Llega la república a Inglaterra de la mano de Oliver Cromwell, quien quería demostrar la pureza de los anglicanos y decidió cerrar todos los pubs, teatros y prostíbulos de Inglaterra. Esta ley duró hasta que su hijo lo sustituyó en el mandato de la república. Los Ingleses ya no aguantaban más sin poderse tomar una pinta y finalmente decidieron ir a buscar al hijo de Carlos I, Carlos II quien nada más tomar el trono abrió todos los pubs, teatros y prostíbulos devolviendo así la felicidad a los Ingleses.
Carlos II no perdió el tiempo desde que comenzó a reinar, ya que fue un vividor que llego a tener nada más y nada menos que 14 hijos ilegítimos. De él provienen importantes familias como la de Diana de Gales. Lo mejor es que no tuvo ningun descendiente legítimo, con lo que heredó la corona su hermano, Jaime II quien se convirtió al catolicismo, lo que provocó el rechazo del pueblo. De nuevo tocaba buscar sustituto y esta vez sería su yerno, Guillermo de Orange, quien fue un rey que tenía el papel de dar imagen, ya que al ser holandés no recibió el poder absoluto y las decisiones las tomaba el pueblo. En ese momento se crea la primera monarquía parlamentaria que ponía límites al poder del Rey. De aquí proviene una tradición que siempre se cumple el día de apertura del Parlamento. La Reina, Lores y súbditos hacer una especie de teatro en el que se deja constancia de que el que manda es el pueblo. Manel os cuenta en que consiste:
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